Es la Catedral de Lisboa pero más que a un lugar de culto para los católicos recuerda más una fortaleza, da la sensación que es un vestigio que perteneció al Castillo de San Jorge. Austero en ornamentación, torres campanarios con almenas que más que torres para llamar a los creyentes a misa desprende la intención de avisar de una invasión de cualquier enemigo por el Tajo arriba. A esta Catedral le rodean los lugares más mágicos de la capital, justo a izquierda está el barrio de Alfama, detrás subiendo los railes del tranvía 28 que te lleva al mirador de Sta. Gracia donde se puede ver todos los tejados de Alfama, el Panteón Nacional, El Castillo, etc... es un lugar para pasarse las horas, para ver un lugar donde el tiempo no es que se haya parado, es que el tiempo pasa por ese lugar con dignidad, sin atropellos y sin añoranzas. Aquí está el corazón de Lisboa.
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